06DIC2021
La educación moderna parece haberse descarrilado. Muchos de nosotros éramos al menos algo conscientes de las opiniones políticas de izquierda sobre el Complejo Industrial Educativo. Cuando se impuso la cuarentena en todo el mundo, los padres comenzaron a darse cuenta lo que sus hijos estaban aprendiendo. Fue un completo shock descubrir hasta qué punto los profesores activistas woke y las juntas escolares habían adoctrinado a nuestros niños hacia su visión distópica de la sociedad.
Una vez que los padres despertaron a la agenda de adoctrinamiento woke de sus hijos, la guerra entre los padres y el Complejo Industrial Educativo se intensificó.
¿Cuál es el punto en común entre la teoría crítica de la raza, la agenda transgénero y la catastrófica convención del estado que controla cómo deben pensar y comportarse los niños?
Todos ellos encuentran sus orígenes en Prusia.
https://www.politico.com/news/magazine/2021/09/03/no-parent-right-unmask-child-509090
Los niños pertenecían a Prusia, para Prusia
El “ilustrado déspota”, rey Federico el Grande de Prusia, sentó las bases del sistema de educación primario prusiano en 1763. Prusia fue uno de los primeros países del mundo en introducir la educación primaria obligatoria. Tomó más de un siglo para que otras naciones europeas lo siguieran.
Prusia, sin embargo, estaba en un constante estado de guerra. La educación obligatoria financiada por el Estado nunca tuvo como objetivo que los niños encontraran la iluminación individual, sino más bien que conocieran su lugar en la sociedad y la obediencia al Estado. Hubo 6 resultados clave para el sistema educativo prusiano:
- Soldados obedientes al ejército,
- Trabajadores obedientes para minas, fábricas y granjas,
- Funcionarios bien subordinados, capacitados en su función,
- Empleados bien subordinados para la industria,
- Ciudadanos que pensaran igual en la mayoría de los temas,
- Uniformidad nacional en pensamiento, palabra y obra. [1]
Todo lo que estuviera al alcance de Prusia debía utilizarse en beneficio del estado. La individualidad era una maldición que podía dar lugar al libre pensamiento y por lo tanto a una población que podía cuestionar potencialmente los motivos de su gobierno.
Federico lo sabía demasiado bien. Reconocido como una de las mentes militares más grandes de la historia, creía que un soldado pensante destruiría la cohesión de su ejército.
Prusia era un reino construido sobre la premisa de la guerra constante. El padre de Federico, el Rey Soldado, formó un ejército constante y permanente. Esto se logró al hacer cumplir el servicio militar obligatorio de plebeyos y nobles por igual (con la excepción de los hijos primogénitos de la nobleza, quienes heredarían el 100% del título y los bienes de la herencia).
¿Cómo podría el rey de Prusia mantener un ejército constante y permanente, financiado por los contribuyentes, si el rey también mantenía el axioma de que cualquiera que pudiera pensar no permanecería en su ejército?
Mediante la implementación de un sistema educativo ordenado por el estado.
Era imperativo para él tener un sistema educativo que creara soldados no pensantes, así como una ciudadanía complaciente que pagara voluntariamente impuestos para financiar al ejército. Esa fue la premisa detrás del Generallandschulreglement de Federico el Grande, que decretó una educación obligatoria de ocho años para todos los prusianos [¿no les recuerda esto a la ley que firmó George W Bush, tan bueno él , sobre ‘no child left behind’? Esta ley decía que ningún niño en etapa escolar se quedaría sin educación, primaria y secundaria. Esta ley fue firmada en el 2001.]
Después de la muerte de Federico, en 1806, Prusia sufrió una humillante derrota a manos de Napoleón en la Batalla de Jena. Después de esa derrota, el estado de Prusia culpó de la pérdida a la falta de disciplina dentro de su ejército prusiano y a sus ciudadanos. Duplicó su mandato de educación obligatoria y “los niños tendrían que ser disciplinados a través de una nueva forma de condicionamiento universal”. [2]
Como desglosaremos más adelante, el modelo prusiano se ha convertido hoy en el estándar oro de la educación moderna en todo el mundo, donde los ciudadanos son adoctrinados para convertirse en contribuyentes complacientes, obedientes y dispuestos para el “bien mayor” del estado y de sus objetivos.
Esa nueva forma de adoctrinamiento infantil sería llevada a cabo por un nuevo grupo semi-militante conocido como el “cuerpo oficial de profesores”, comúnmente conocido hoy como la junta escolar local woke y los sindicatos de maestros.
La educación woke, el marxismo y Prusia
La intensidad con la que los profesores y las juntas escolares aplican su “agenda woke” hacia los niños no solo es alarmante, sino que ilustra la clara intención de la agenda real que se desarrolla en Estados Unidos y en todo el mundo. Este substack analiza el resultado inevitable que se produce cuando la educación “woke” se convierte en parte del plan de estudios. Colapso de la civilización.
¿Por qué el Complejo Industrial Educativo educaría para el colapso de sus propias civilizaciones occidentales? La respuesta está en la ideología que han instalado en el currículum escolar y que aplican a las mentes de nuestros niños. Marxismo.
Cuando Lenin escribió “El Estado y la revolución”, el objetivo final era la transformación de un sistema capitalista de propiedad privada en un sistema controlado por el Estado, en el que los ciudadanos no poseyeran nada. Lenin sabía que eso nunca podría suceder sin una revolución. En lugar de “no poseer nada y ser feliz”, Lenin decidió que el mejor camino para lograr un Estado marxista sería “no poseer nada y estar en la lucha constante por la revolución”.
Para movilizar a la gente hacia una mentalidad revolucionaria, había que “enseñarles” sobre las luchas que enfrentaban y los sacrificios que debían hacer para superar esas luchas. En la Rusia bolchevique, la teoría revolucionaria se enseñaba en campos de adoctrinamiento denominados “universidades”. Lenin creía que necesitaba cuatro años para completar el entrenamiento psicológico necesario.
Muchos creen que la revolución bolchevique de Lenin y Trotsky fue el resultado de un movimiento de base, pero eso es completamente falso. En cambio, para hacer despegar la revolución, Lenin necesitaba dinero; y mucho. Encontró ese dinero gracias al Kaiser Wilhelm II, Kaiser de Alemania y Rey de Prusia.
https://www.dw.com/es/como-alemania-arrancó-la-revolución-rusa-de-la-tierra/a-41195312
Además de la sustancial contribución del Kaiser, los intereses bancarios alemanes y estadounidenses en Wall St proporcionaron una enorme financiación a las operaciones de Lenin y Trotsky en Rusia. Lo que se conoció como el Plan Marburg. El incentivo del Plan Marburg era destruir Rusia con el comunismo y luego monopolizar los vastos recursos de la nación en beneficio del Kaiser y de los banqueros de Wall St.
Uno de los ejemplos más tristes de la violación de la Unión Soviética fue el Holodomor ucraniano, donde casi 1/3 de la población murió de hambre. La hambruna no era natural. Fue el resultado de que Stalin obligara a vender todo el grano producido en Ucrania en los mercados mundiales de productos básicos con grandes descuentos, para financiar las deudas contraídas con los banqueros y el Kaiser.
CRT, LGBT y Prusia
El modelo prusiano de educación consistía fundamentalmente en adoctrinar a los niños hacia los objetivos del Estado. Hoy, el Complejo Industrial Educativo ha movilizado a su cuerpo docente para implementar un curriculum “woke”. La cultura woke es principalmente marxista.
https://nypost.com/2021/04/27/cardona-encourated-teacher-support-of-woke-curriculum-report/
A medida que los profesores y las juntas de educación implementan esta peligrosa ideología en nuestros niños, es importante señalar que lo hacen bajo la creencia de que ellos tienen el control de la crianza de un niño en la sociedad, no sus padres. Esta creencia proviene de dos puntos clave en la ideología del Complejo Industrial Educativo:
- El modelo educativo prusiano, que decreta que los niños deben ser educados para ser serviles y obedientes a su gobierno a través de una estricta disciplina de educación universal, y
- La ideología marxista dicta que la abolición de la familia es esencial para una transformación comunista exitosa, como lo afirma explícitamente Marx en “El Manifiesto Comunista”.
A medida que el sistema educativo estadounidense toma el desafortunado giro hacia el marxismo, los temas de CRT y LGBT están al frente y al centro. Ambos tienen su origen en Prusia.
LGBT es el vector marxista para romper la unidad familiar tradicional prescrita por Marx.
https://www.marxist.com/lgbt-liberation-and-revolution.htm
Los profesores a los que se les ordena adoctrinar a los niños en los colegios con la ideología LGBT lo hacen sin el consentimiento de los padres.
CRT es el vector marxista para dividir la sociedad a través de una grieta en la estructura social de EEUU. El padre de CRT es la “teoría crítica”, que fue una teoría ideada por la Escuela de Frankfurt, una escuela marxista que huyó de la Alemania nazi y se restableció en Estados Unidos en 1934.
En lugar de aplicar “teoría crítica” pura, el movimiento educativo neomarxista ha decidido aplicar su crítica puramente al racismo en el sentido de que la cohesión social de Estados Unidos “se derrumbaría bajo la presión”. CRT, similar a LGBT, se está aplicando agresivamente en el Complejo Industrial Educativo.
La ideología marxista nunca habría sobrevivido al siglo XX sin el enorme apoyo financiero que sustentó las revoluciones. El Kaiser inició el apoyo para esas revoluciones y a través del Plan Marburg se inició una estrategia global a largo plazo para generar enormes ganancias para los financiadores de las exitosas revoluciones comunistas.
Como también descubriremos en otro informe, lo más probable es que Karl Marx fuera un agente prusiano que operaba para y en nombre del Rey de Prusia y que usaba el marxismo como medio para desestabilizar naciones maduras para la violación de sus recursos.[3]
Esto, junto con el modelo educativo prusiano para adoctrinar a la juventud, se convirtió en una poderosa fuerza para infiltrarse en las futuras generaciones del mundo. La parte más insidiosa del libro de jugadas de Prusia fue cómo el modelo de educación prusiano se infiltró exitosamene en Estados Unidos.
Educación prusiana en EEUU: infiltración en lugar de invasión
Hasta ahora hemos analizado los orígenes prusianos de la educación moderna y cómo la ideología marxista, que también es de origen prusiano, ha infectado a Estados Unidos y a Occidente. Principalmente a través del vector de la educación y de los sistemas escolares. El libro más brillante sobre el tema de la educación estadounidense es el de John Taylor Gatto.
https://www.lewrockwell.com/2010/09/john-taylor-gatto/la-conexión-prusiana/#ref
El libro tiene un capítulo completo dedicado a la infiltración de Prusia en el sistema educativo estadounidense. (Todas las referencias en esta sección se relacionan con el libro a menos que se indique lo contrario)
El avance privado hacia la escolarización nacionalizada en Estados Unidos estuvo parcialmente organizado, aunque nunca se ha escrito mucho al respecto; el diario de Orestes Brownson identifica un aparato nacional encubierto (al que Brownson perteneció brevemente) que ya existía en la década posterior a la Guerra de 1812, cuyo propósito declarado era “germanizar” a Estados Unidos, comenzando en esos barrios problemáticos donde se amontonaban los pobres urbanos y donde los desorganizados nuevos inmigrantes se convirtieron en blancos fáciles, según Brownson. La enemistad de parte de las poblaciones de clase media y de clase obrera de la vieja escuela hacia los inmigrantes más nuevos no les dio a esos desafortunados ningún recurso contra la sentencia escolar que les asignó Massachusetts. Les esperaba un cambio de imagen completo, les gustara o no.
El capítulo 7, “La tierra de Frankenstein”, hace todo lo posible para explicar cómo se adoptó el modelo prusiano en Estados Unidos durante el siglo XIX. Muchos visionarios estadounidenses estaban enamorados de la eficiencia de Prusia, no solo en la aplicación de la guerra sino también en términos de productividad comercial.
El propósito tradicional del colegio estadounidense (la piedad, los buenos modales, las herramientas intelectuales básicas, la autosuficiencia, etc.) se eliminó para dar paso a algo diferente. Nuestro destino histórico de independencia personal dio paso lentamente a la educación con fines prusianos, no porque el estilo estadounidense perdiera en cualquier competencia de ideas, sino porque para los nuevos jerarcas comerciales y manufactureros, tal curso tenía más sentido económico.
El avance privado hacia la escolarización nacionalizada en Estados Unidos estuvo parcialmente organizado, aunque nunca se ha escrito mucho al respecto; el diario de Orestes Brownson identifica un aparato nacional encubierto (al que Brownson perteneció brevemente) que ya existía en la década posterior a la Guerra de 1812, cuyo propósito declarado era “germanizar” a Estados Unidos, comenzando en esos barrios problemáticos donde se amontonaban los pobres urbanos y donde los desorganizados nuevos inmigrantes se convirtieron en blancos fáciles, según Brownson. La enemistad de parte de las poblaciones de clase media y de clase obrera de la vieja escuela hacia los inmigrantes más nuevos no les dio a esos desafortunados ningún recurso contra la sentencia escolar que les asignó Massachusetts. Les esperaba un cambio de imagen completo, les gustara o no.
Brownson no fue el único que elogió un sistema de educación obligatorio al estilo prusiano. Políticos poderosos, como Horace Mann, tenían la intención de implementarlo. El Séptimo Informe al Comité Escolar de Boston de Horace Mann clasificó a Prusia en primer lugar en educación y a Inglaterra en último lugar. Robert Owen (un futuro congresista) y Fanny Wright (quien exigió el fin de la vida familiar) formaron el Partido de los Trabajadores de Filadelfia e incorporaron la educación obligatoria de tipo prusiano como parte de su plataforma política. El escritor John Griscom escribió el libro Un año en Europa y elogió grandemente a los colegios prusianos.
En resumen, se estaba llevando a cabo una masiva campaña FOMO que se tradujo efectivamente en “si Estados Unidos no adopta el modelo educativo prusiano, será relegado a una nación del tercer mundo”. Prusia era un lugar de gran prestigio y la élite estadounidense clamaba por ser parte de ella.
A lo largo de la Prusia del siglo XIX, su nueva forma de educación pareció hacer prosperar material y militarmente a esa belicosa nación. Mientras la ciencia, la filosofía y el éxito militar alemanes seducían al mundo entero, miles de destacados jóvenes estadounidenses peregrinaron a Alemania para estudiar en su red de universidades de investigación, lugares donde la enseñanza y el aprendizaje siempre estuvieron subordinados a las investigaciones realizadas en nombre de los negocios y del estado. Al regresar a casa con el codiciado doctorado alemán, los graduados se convirtieron en presidentes de universidades y jefes de departamentos, se hicieron cargo de las oficinas privadas de investigación industrial, de las oficinas gubernamentales y de las profesiones administrativas. Los hombres que posteriormente fueron contratados por su responsabilidad fueron aquellos a quienes también les parecía moralmente agradable ofrecer reverencias a la perspectiva prusiana; de esta manera aventajada se manejó la adquisición gradual de la vida mental estadounidense.
Gradualmente, el paisaje de EEUU fue manejado por aquellos que se sometieron al método de educación prusiano. Aquellos que lo hicieron fueron recompensados con prestigiosas posiciones que Estados Unidos tenía para ofrecer, junto con el poder y la riqueza que ello conllevaba.
Cuando Prusia destruyó a Francia en una guerra al estilo blitzkrieg en 1871, el mundo vio la total victoria de Prusia como resultado de su sistema educativo. El arreglo estaba hecho, todo lo prusiano era la envidia del mundo. El futuro de la educación, la burocracia y la corporatocracia estadounidenses estarían en manos de quienes aceptaran el modelo prusiano.
Welch se fue a Alemania para obtener el codiciado doctorado, un título que en ese momento tenía su existencia real en cualquier sentido práctico solo allí y a su debido tiempo su ambición se vio satisfecha. Welch se convirtió en el primer decano de la Escuela de Medicina Johns Hopkins y, más tarde, en asesor principal de la Fundación Rockefeller en proyectos médicos. Welch fue uno de los miles que encontraron en el doctorado alemán una bendición sin paralelo en los Estados Unidos de fines del siglo XIX. Los doctorados alemanes dominaban la escena académica por entonces.
Si bien William H. Welch fue el primer decano de Johns Hopkins, la universidad hoy en día es mejor conocida por su Evento 201, que simuló una pandemia mundial en octubre del 2019; justo antes de una pandemia real.
La Fundación Rockefeller en proyectos médicos también fue sinónimo de proporcionar una vacuna meningocócica bacteriana a los soldados estadounidenses en 1918, justo antes de que fueran enviados a España para luchar en la Primera Guerra Mundial. La llegada de la gripe española seguiría pronto. Los Rockefeller también tienen su genealogía que se remonta a Prusia.
Prusia no solo infiltró el sistema educativo estadounidense, sino que todo el gobierno y los complejos industriales también habían caído. Prusia se convirtió en un “ojo que todo lo ve” sobre la educación de las mentes estadounidenses jóvenes y proporcionó los puntos de referencia necesarios para ser empleados en los niveles más altos del gobierno y de la industria.
Infiltración en lugar de invasión.
Conductismo psicológico: convertir a los humanos en animales, a la sociedad en autómata
Hasta ahora hemos establecido que los orígenes de la educación moderna son de Prusia, así como de la agenda marxista, que implica “woke”, CRT y LGBT y que la mayoría de los puestos de prestigio que ofreció Estados Unidos fueron entregados a quienes se graduaron y se rindieron al modelo educativo prusiano.
También hemos establecido que más que educar a un niño para que descubra su propio potencial interno y su camino hacia la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad, la educación prusiana es el adoctrinamiento del individuo para que renuncie a su libertad personal, felicidad (e incluso vida), por el bien de Prusia. ¿Cómo se lograba ese adoctrinamiento?
El área de la voluntad individual para los plebeyos fue severamente cerrada por los procedimientos de entrenamiento psicológico prusiano extraídos de la experiencia de la cría de animales y el entrenamiento ecuestre y también tomados de la experiencia militar pasada. Mucho más tarde, en nuestro propio tiempo, las técnicas de esos variados oficios y hoscas artes se convirtieron en “descubrimientos” en la pseudociencia pedagógica del conductismo psicológico.
En otras palabras, utilizar las técnicas para domesticar animales y aplicarlas a un niño en beneficio del estado. ¿Qué es exactamente el “conductismo psicológico”?
Hay muchas descripciones en la red para “conductismo”. Creo que el gráfico anterior explica el concepto lo suficientemente bien. En lugar de entrar en detalles sobre el conductismo, los orígenes de la teoría científica del conductismo son mucho más interesantes.
Al padre del “conductismo psicológico”, después de escribir su doctorado, le ofrecieron un puesto en la facultad de Johns Hopkins e inmediatamente lo ascendieron a presidente del departamento de psicología. Fue un gran avance que intentó “cientificar” y respaldar el método prusiano de aplicar entrenamiento animal en nuestros niños.
El marxismo, LGBT, CRT, woke y el complejo educativo prusianizado hacen mucho para destruir el funcionamiento interno y la espiritualidad del individuo, además de intentar destruir la unidad familiar y la sociedad en su conjunto. ¿Cuál es el punto final expresado de este fiasco que parece casarse con la ideología comunista en beneficio de los compinches capitalistas?
John Taylor Gatto lo explica perfectamente;
El pequeño estado de Prusia, en el norte de Alemania, había sido descrito como “un ejército con un país”, “un campamento armado perpetuo”, “una gigantesca institución penal”. Incluso el entorno construido en Prusia estaba estrictamente reglamentado: las calles se hicieron para correr en línea recta, los edificios de la ciudad y el tráfico fueron aprobados y regulados por el estado. Se intentó limpiar la sociedad de elementos irregulares como mendigos, vagabundos y gitanos, todo ello con la intención de convertir a la sociedad prusiana en “un enorme autómata humano” en palabras de Hans Rosenberg. Era un estado en el que la agricultura científica alternaba con la instrucción militar y con tareas sin sentido ordenadas por el estado que no tenían otro propósito que el de someter a toda la comunidad a la experiencia de la disciplina colectiva, como los simulacros de incendio en un colegio secundario moderno o el silencio forzado durante el intervalo entre periodos de las clases. Prusia se había convertido en una utopía administrativa integral. Era Esparta renacida.
Esparta ya no existe y Prusia supuestamente fue abolida en 1947, pero el legado de la sociedad autómata es a lo que nos enfrentamos hoy. Prusia existe firmemente como el “Horrible Enemigo Invisible” descrito por el presidente Trump.
Mientras nos enfrentamos a esa entidad sin Dios que intenta secuestrar las mentes de nuestros niños para su gran experimento de autómatas; tratar a nuestros niños como nada más que animales para ser condicionados por estímulos externos; desear la completa destrucción de la unidad familiar; y derribar y reescribir cada parte de nuestra historia, nunca debemos olvidar sus orígenes.
Prusia.
Más importante aún, ahora debemos enfrentar a ese enemigo, el enemigo Invisible, la Providencia que es Prusia, porque su camino hacia la victoria es a través de la corrupción y el adoctrinamiento de nuestros niños, sin nuestro consentimiento.
1. https://www.lewrockwell.com/2010/09/john-taylor-gatto/la-conexión-prusiana/#ref
2. https://www.lewrockwell.com/2010/09/john-taylor-gatto/la-conexión-prusiana/#ref
3. https://postflaviana.org/wolfgang-waldner-marx/
Fuente:
https://prussiagate.substack.com/p/the-prussian-origins-of-modern-education
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