En el libro de Bill Copper, «Behold a Pale Horse» (He aquí un caballo blanco), el autor describió exactamente lo que vio en documentos clasificados respecto a la conexión entre el control mental y los tiroteos masivos, que ya en esa época, principios de la década de 1990, empezaban a brotar. Esto lo pueden leer en la página 225:
La parte en el rectángulo rojo es lo que vio en documentos clasificados, dice:
El gobierno alentó la fabricación e importación de armas de fuego militares para el uso de los criminales. Esto tenía la intención de fomentar el sentimiento de inseguridad, el cual llevaría al pueblo estadounidense a voluntariamente desarmarse a sí mismo al aprobar leyes contra las armas. Usando drogas e hipnosis en pacientes mentales, en un proceso llamado Orión, la CIA inculcó en esa gente el deseo de abrir fuego en los patios de escuelas y por lo tanto inflamar a los activistas anti armas. El plan está muy avanzado y hasta ahora está trabajando perfectamente. La clase media está rogando al gobierno que se deshaga de la segunda enmienda [de la Constitución].
Como recordarán, la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos es la que permite al pueblo tener armas para su defensa personal, tanto de delincuentes como del propio gobierno, si este fuera en su contra.
La parte en el rectángulo amarillo es una opinión del mismo Bill Cooper que dice lo siguiente:
Nota del autor: He descubierto que esos eventos de hecho han ocurrido en todo el país. En cada ejemplo que he investigado — el incidente en la escuela de mujeres de Canadá, el incidente del centro comercial en Canadá, la masacre en Stockton, California y el asesinato del rabino Meir Kahane — todos los tiradores fueron ex pacientes mentales o fueron actuales pacientes mentales que ¡EN SU TOTALIDAD TOMABAN LA DROGA PROZAC! Esa droga, cuando se toma en ciertas dosis, incrementa el nivel de serotonina en el paciente, causando extrema violencia. Eso en conjunto con una sugestión post hipnótica o control a través de un implante cerebral electrónico o microonda o una intrusión de Frecuencia Extremadamente Baja [ELF por sus siglas en inglés] y obtienes un asesino en masa, culminando en todos los casos con el suicidio del perpetrador. Exhumen los cuerpos de los asesinos y revisen si tiene implante cerebral. Creo que se van a sorprender. En cada caso, el nombre del doctor del asesino o de las instalaciones de tratamiento mental ha sido reservado. Creo que podremos establecer conexiones con la comunidad de inteligencia y/o conexiones a programas experimentales conocidos de control mental de la CIA cuando finalmente descubramos quienes son realmente esos doctores de la muerte.
Y solo para recordar, Q mencionó a los terapistas de los tiradores desde el 2018, en diferentes mensajes. Uno fue el #1629 del 28-JUN-2018 en el que decía lo siguiente:
Las fuerzas de la ley deberían entrevistar a los terapistas.
Cada tirador tiene uno, coincidentemente.
¿Objetivos?
¿Reubicación dentro de 30 días [luego] de cada tiroteo?
¿Nuevo nombre?
¿El FBI no sabe eso?
¿Los fantasmas son difíciles de encontrar?
Del sueño a la realidad.
Y esto sumado a lo que acaba de decir RFK Jr. en Texas, con resepecto a su investigación a las drogas antidepresivas, nos pinta un panorama en el que parece que por fín, pronto (ojalá), sabremos más de estos sujetos con problemas mentales y de cómo son manipulados por fuerzas oscuras dentro del sistema de salud y de otras organizaciones con propósitos criminales.