Trump comenta sobre la criminalidad en DC y lo que su administración está haciendo para resolver el problema.
Washington, D.C., tiene una de las tasas de criminalidad más altas del mundo, más que muchos de los países más violentos del tercer mundo. La tasa de homicidios de la ciudad es más alta que la de lugares notorios por su violencia, como Ciudad de México, Bogotá, Islamabad y Adís Abeba — casi diez veces más alta que la de Faluya, Irak. Si D.C. fuera un estado, tendría la tasa de homicidios más alta de cualquier estado de Estados Unidos. La tasa de delitos violentos en D.C. ha empeorado y la tasa de asesinatos se ha duplicado en poco más de una década — pero estas son solo las estadísticas «oficiales» publicadas por funcionarios municipales corruptos. Las cifras REALES son mucho peores. De hecho, un comandante de precinto acaba de ser suspendido por presuntamente manipular las estadísticas de delitos violentos, y el sindicato de policías de D.C., de igual manera, dice que las cifras reales son mucho más altas. Debido a que el Gobierno Demócrata de D.C. ha dejado en gran medida de investigar, arrestar y procesar la mayoría de los delitos, las estadísticas publicadas ni siquiera capturan una fracción de la violencia real. Nadie es arrestado por robar en tiendas. Los ciudadanos que viven con miedo han renunciado en gran medida a llamar a la policía, optando en cambio por no caminar por las calles después del anochecer, esencialmente convirtiéndose en prisioneros cautivos en su propia ciudad. Las tiendas encierran su mercancía tras paredes de cristal. La violencia juvenil de pandillas es tan común que en gran medida no se denuncia. El robo de vehículos en D.C. es más de tres veces el promedio nacional. Las escuelas son completamente disfuncionales. Los ciudadanos tienen miedo de hablar o llamar a la policía, por temor a represalias. Las tasas reales de delincuencia son probablemente de cinco a diez veces lo que se ha reportado. D.C. ha estado bajo asedio de matones y asesinos, pero ahora, D.C. está de nuevo bajo control federal, donde pertenece. La Casa Blanca está al mando. ¡Los militares y nuestra gran policía liberarán esta ciudad, rasparán la suciedad y la harán segura, limpia, habitable y hermosa una vez más!