‘Mi primer pensamiento cuando recuperé el conocimiento fue ¡Oh Dios! ¿Qué he hecho?’: dijo el hombre que demanda al NHS (Sistema Nacional de Salud – Reino Unido) por una cirugía trans que lamenta amargamente y ha renunciado valientemente al anonimato para compartir su terrible experiencia.
Para Ritchie Herron, la vida, en los últimos años ha sido insoportable. Pero, ¿qué le sucedió para haber llegado a este punto?
El caso de Ritchie surgió hace un tiempo cuando publicó sobre su experiencia en Twitter bajo el seudónimo TullipR. Luego, decidió salir de su anonimato para explicar en su totalidad lo que le había sucedido y advertir a otros sobre el problema de las cirugías de reasignación de sexo, además de emprender acciones legales.
Su testimonio, que fue recogido por el Daily Mail, fue tan impactante como condenatorio para las “clínicas de género” del NHS que ‘ayudan’ a las personas a cambiar de sexo.
En sus 20s, Ritchie ya venía luchando con problemas de salud mental y había estado reprimiendo su sexualidad. La enterró y esto lo llevó a tener depresión, ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo.
Pero, al entrar en un chat de internet, se encontró con la idea de la ‘disforia de género’ y unos hombres mayores [gente enferma, si me lo permiten] lo convencieron de que debía ser trans. Estamos hablando de un joven muy vulnerable en ese momento.
Convencido por esas personas, pensó que era lo mejor y, tras una serie de crisis, en el 2012 decidió buscar ayuda profesional.
Primero, lo remitieron a un psicólogo. Luego, al Servicio de Disforia de Género de la Región Norte, dirigido por Cumbria, Northumberland, Tyne & Wear NHS Foundation Trust.
La lista de espera era larga, pero solicitó un préstamo y se fue a una clínica privada en marzo del 2014. Aquí y, con apenas dos sesiones de 30 minutos cada una no solo no lo disuadieron de la idea de la disforia de género, sino que lo diagnosticaron con «transexualismo».
Un psiquiatra le recomendó tomar medicamentos para bloquear su producción de testosterona, el primer paso hacia la reasignación de género.
Solo un familiar cercano, que lo acompañó a la cita, tuvo el intento de frenarlo. Le dijo al médico que estaba tomando una dosis alta de antidepresivos y que tenía muchos problemas. Aún así lo derivaron para un tratamiento de género.
Después de eso, comenzó a vivir como Abby, vistiendo ropa femenina. Debido a los medicamentos, comenzó a desarrollar senos. Para marzo del 2015, ya iba a las citas en la clínica de género del NHS en Newcastle.
La primera pregunta es si quieres una cirugía genital, Ritchie no estaba seguro. Pero, supo que todavía podía seguir recibiendo terapia, así que dijo que sí.
Para julio del 2015, menos de 6 meses después, le dijeron que estaba listo para una vaginoplastia. Ritchie lo rechazó.
En el 2017, le dijeron de otra cirugía. Nuevamente la rechazó, pero le dijeron que si no la aceptaba ya no recibiría más servicios.
Esto lo puso mal, ya que pensaba que le quitarían también la terapia que tanto lo había ayudado. Incluso había admitido que tenía pensamientos suicidas.
23MAY2018, 10am, Ritchie es llevado a cirugía. Ni siquiera conocía al cirujano. Pensó: “Bueno, ya estoy acá, nada puede detenerlo”.
La operación irreversible implica extirpar el pene y los testículos y reformar el área para que se parezca a los genitales femeninos.
Por ocho días estuvo bajo efectos de los analgésicos. Cuando despertó vino el choque “Dios mío, ¿qué he hecho?”, fue lo primero que le vino a la mente.
Al día de hoy, le toma 10 minutos vaciar su vejiga, un proceso lento y doloroso. No tiene deseo sexual desde hace mucho tiempo. De hecho, su entrepierna está entumecida por el daño. La cirugía lo dejó estéril, con incontinencia y con un dolor perenne.
La clínica no sólo no tuvo en cuenta su creciente crisis de salud mental, sino que tampoco lo asesoró adecuadamente sobre los riesgos.
Ha revelado ser la persona que prepara acciones legales contra el NHS por una operación en la que le extirparon sus genitales.
Su relato plantea serias dudas sobre las salvaguardias implementadas en las clínicas de género del NHS, que han experimentado un aumento del 1,700% en las derivaciones en los últimos diez años, representadas principalmente por niños y adultos jóvenes.
Según Ritchie, ningún profesional exploró si los problemas de salud mental podrían haberlo llevado a creer que era trans.
Cree que su caso podría provocar una ola de nuevas demandas. «Es una avalancha a punto de suceder», le dijo a The Mail. “Se está vendiendo la transición a gran escala. Es como los PPI (inhibidores de bobma de protones, que sirven para reducir la producción de ácido en el estómago), pero más siniestro”.
«En unos años, estoy seguro de que tendremos a abogados preguntándole a la gente si hicieron su transición y si les gustaría reclamar una compensación».
Hoy en día, forma parte de un número creciente de “de-transicionistas”, que viven otra vez como hombres [y como mujeres, añadiría yo] y lamentan su “error”. Hoy reconoce que gran parte de su confusión giraba en torno a aceptarse como gay.
La clínica, que no hará comentarios sobre el caso específico de Ritchie, le dijo al Ministerio de Salud que no brinda servicios de salud mental a los pacientes.
Ritchie ahora está planeando un caso legal contra Cumbria, Northumberland, Tyne & Wear NHS Foundation Trust. Su abogado, Peter Harthan, dice que pacientes como Ritchie se ha enfrentado a «toda una vida de atención médica y de consecuencias» y «no pueden revertirlo«.
Ritchie añade: “Mi preocupación es que los médicos no lograron identificar las señales de alerta y cambiar de dirección. Es necesario prestar la debida consideración a cuestiones como el TOC, la homofobia internalizada, la depresión, el consumo de drogas, el abuso sexual y el trauma infantil como posibles razones por las que los pacientes rechazan la sexualidad de su cuerpo”.
En un comunicado, Trust dijo que no podía comentar sobre un individuo, pero agregó: «Los planes de atención son colaborativos y se adaptan a las necesidades y objetivos de cada paciente y las decisiones de tratamiento se toman después de una evaluación exhaustiva de acuerdo con las recomendaciones nacionales».
Ritchie dice: “Soy la prueba de que todo el sistema tiene que volverse mucho más sólido. ¿Cuántas personas más hay como yo?
La única información que tenemos hoy sobre el caso de Ritchie, es que el año pasado, 2023, se unió a un padre de familia en términos legales.
El padre de familia, que ha preferido su anonimidad, tiene un hijo de 21 años el cual se piensa someter a la operación de reasignación de sexo, a lo que el padre está en contra, dado que su hijo es autista y tiene una historia turbulenta de salud mental. El padre reclama que no se está considerando el problema de autismo en su hijo.
“La consecuencia es que los jóvenes toman decisiones irreversibles que cambian sus vidas en un contexto de desarrollo inmaduro y, muy a menudo, con condiciones de comorbilidad no evaluadas e inexploradas, como el TOC o el TEA y, en particular el grado en que dichas condiciones comórbidas pueden afectar la toma de decisiones a largo plazo”.
Fuentes:
https://www.transgendertrend.com/nhs-service-specifications-adult-clinic-legal-action/