Como recordarán, la Orden Ejecutiva 13818 del Presidente Trump, firmada el 20-DIC-2017 y publicada al día siguiente en el sitio web oficial de la Casa Blanca es importante porque como su mismo título lo dice «bloquea la propiedad de personas involucradas en graves abusos de derechos humanos o corrupción».
Pues resulta que hace solo 4 días del momento de publicación de este artículo, «Biden» ha renovado (por tercer año consecutivo) la Orden Ejecutiva de Trump, continuando la emergencia establecida a fines del 2017.
En una nota muy breve (como es usual cada año), la «administración» dice lo siguiente:
El 20 de diciembre del 2017, mediante la Orden Ejecutiva 13818, el Presidente declaró una emergencia nacional con respecto a graves abusos de derechos humanos y corrupción en todo el mundo y, de conformidad con la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (50 U.S.C. 1701 et seq.), tomó medidas relacionadas para hacer frente a la inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos.
La prevalencia y gravedad de los abusos contra los derechos humanos y la corrupción que tienen su origen, en su totalidad o en parte sustancial, fuera de los Estados Unidos, continúan planteando una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos. Por esta razón, la emergencia nacional declarada el 20 de diciembre del 2017 debe continuar vigente más allá del 20 de diciembre del 2023. Por lo tanto, de conformidad con la sección 202(d) de la Ley de Emergencias Nacionales (50 U.S.C. 1622(d)), estoy continuando por 1 año la emergencia nacional declarada en la Orden Ejecutiva 13818 con respecto a graves abusos a los derechos humanos y corrupción.
Este aviso se publicará en el Registro Federal y se transmitirá al Congreso.
JOSÉ R. BIDEN JR.
LA CASA BLANCA,
18 de diciembre del 2023.
El texto de la Orden Ejecutiva 13818 tiene mucho que ver incluso con tráfico humano, por la manera en que fue redactado. No menciona ese crimen específico, pero es fácil notar que puede tener ese alcance.
Ahora, si consideramos que desde el día 1 de la administración Biden, la urgencia por deshacer el legado de Trump llevaron a que en las primeras horas Biden firmara (como lo reportara el NYT y Político) «17 órdenes ejecutivas, memorandums y proclamaciones», en una notoria desesperación por tratar de «recuperar el tiempo que Trump les hizo perder» en su agenda por continuar robando al pueblo estadounidense.
Y sí, hasta en los titulares se burlan y envían sus mensajes sarcásticos, seguramente entre risas y celebraciones, pensando que están en control cuando realmente no tienen la menor idea de lo que están haciendo.
Y debe ser cierto que no tienen la menor idea de qué hacen o en todo caso de cómo funcionan las leyes.
Sino, cómo se puede explicar que a pesar de tener el «control» del poder ejecutivo, hasta ahora no pueden detener la continuación de dos importantes órdenes ejecutivas de Trump: la 13818 que comentamos anteriormente y la 13848.
Para que tengan claro de qué se trata esto:
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- Orden Ejecutiva 13818 – Bloqueando la Propiedad de Personas Involucradas en Graves Abusos de Derechos Humanos o Corrupción
- Orden Ejecutiva 13848 – Sobre la Imposición de Ciertas Sanciones en Caso de Interferencia Extranjera en una Elección de los Estados Unidos
Pudieron deshacer la construcción del gasoducto Keystone (eliminando decenas de miles de empleos), pudieron abrir las fronteras de par en par (permitiendo la entrada de muchos inmigrantes delincuentes), etc. etc., pero esas dos órdenes ejecutivas no las puede eliminar.
Y más aún, las renuevan «religiosamente» cada año.
Parece, como dijimos hace tiempo, que la administración Biden puede actuar solo hasta cierto límite y hay varias cosas que no pueden cambiar a su antojo, como es el caso de estas dos órdenes ejecutivas.
Como sea, estamos finalizando el 2023. El 2024 es el último año de gobierno de «Biden». Veremos si estas órdenes se renuevan otra vez el próximo año, considerando que el 2024 es el año de elecciones presidenciales en EEUU, en el mes de noviembre. Va a ser un año muy movido, políticamente.
Seguiremos reportando.
Fuentes