Compartido hoy 28-JUN-2023 por Donald J. Trump en su cuenta de Truth Social. Este reporte de Phyllis Schlafly detalla todo lo que Trump logró en su período de gobierno y que casi ninguno de los medios masivos de comunicación quiso reportar o reconocer.
100 Razones Para Celebrar los Primeros 100 Días
01-Abr-2018 por John y Andy Schlafly
Hay al menos 100 razones para que te guste lo que el Presidente Trump ha logrado en sus primeros 100 días. Para ser alguien tan nuevo para el «pantano» en D.C., Trump ha logrado mucho más de lo que sus contrapartes de la Avenida Pensilvania en Capitol Hill.
Para empezar, Trump ha emitido 37 maravillosas órdenes ejecutivas, memorandums y otras directivas. Su orden que requiere que las agencias federales eliminen dos regulaciones cada vez que emiten una nueva es una brillante reducción del estado regulatorio autoritario. Su memorandum que requieren una revisión de 30 días a la aptitud militar es espléndido. Al igual que su memorandum instruyendo al Secretario de Defensa que desarrolle un plan para derrotar a ISIS.
Los Liberales han hecho una demanda judicial para bloquear varias de las mejores iniciativas del Presidente Trump, tales como su Orden Ejecutiva limitando visas a los países con mayoría musulmana asociados con terrorismo. La supremacía judicial ha prevenido que varias de sus Ordenes Ejecutivas entren en efecto, pero la vasta mayoría de las acciones de Trump ya han beneficiado a nuestra Nación.
Trump rescindió la vana acción de la administración Obama para abrir los baños y vestuarios de niñas en las escuelas públicas a todos y cualquiera de los niños que decidan que quieren ser una niña. Trump también reinstauró la «política Ciudad de Mexico» para detener el gasto de dólares de impuestos federales de contribuyentes en grupos que defienden y refieren el aborto en otros países.
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Luego están las 25 maravillosas nominaciones y nombramientos del Presidente Trump dentro de la Rama Ejecutiva. Con Jeff Sessions como Fiscal General, el Gabinete de Trump es probablemente el más conservador en la historia de EEUU.
También hubo el «efecto Trump», el cual es un comportamiento voluntario, beneficioso de otros en reconocimiento de los vientos pro estadounidenses con los que Trump ha navegado en la Casa Blanca. Esto incluye al menos media docena de compañías importantes decidiendo mantener empleos en los EEUU a pesar de sus planes de enviarlos a otros países, la caída de la inmigración ilegal en 40% durante el primer mes de presidencia de Trump y el mercado alcista en Wall Street.
Lo siguiente son la media docena de reuniones que Trump ha tenido con líderes de otros países, tales como su encuentro con Angela Merkel, Primera Ministra de Alemania, durante el cual Trump le dijo con franqueza que Alemania necesita empezar a pagar su parte justa en costos de defensa. Además está la performance del Secretario del Tesoro Steve Mnuchin en la Cumbre G20, en donde él mantuvo firmemente que no aprobamos más los falsos tratados de «libre comercio».
Luego están la aproximadamente una docena de mítines y visitas de Trump fuera del ámbito de D.C. desde que se convirtió en Presidente. Esto incluye el recitado del Padre Nuestro a una multitud masiva en Florida por parte de la Primera Dama, Melania Trump.
Finalmente, para la centésima razón por la que te debe gustar los primeros 100 días, el uso de Twitter por Trump como presidente para pasar por encima de las cabezas de los medios e ir directamente al pueblo estadounidense le quitó el poder a los medios, tal como Reagan hizo exitosamente hace una generación con la televisión. La decisión de Trump de hacer un mítin en Harrisburg, Pensilvania, en vez de asistir a la Cena de Corresponsales de la Casa Blanca es la crema sobre el pastel.
Las encuestas muestran que 72% de posibles votantes están a favor de la política de «Compra Estadounidense, Contrata Estadounidense» de Trump. Más aún de acuerdo al Washington Post, si la reciente elección presidencial se hiciera hoy, Trump derrotaría a Hillary Clinton por 43-40% en el voto popular.
Ahora echemos un vistazo a como serían los primeros 100 días si Donald Trump no se hubiera embarcado en su campaña sin precedentes para presidente. Imitando la película clásica It’s a Wonderful Life protagonizada por Jimmy Stewart, veamos lo que sería la vida sin Trump como presidente.
Hillary Clinton habría alentado a que más lugares se conviertan en «ciudades santuario» para dar la bienvenida a extranjeros ilegales y frustrar los esfuerzos federales para deportar a aquellos quienes cometen crímenes. Ella habría eliminado cualquier esperanza para construir un muro para detener el flujo de extranjeros ilegales a nuestro país.
Hillary habría gastado más dinero de los contribuyentes en abortos, especialmente en otros países y habría extendido Obamacare en vez de reemplazarlo.
Hillary habría erosionado la soberanía estadounidense y habría debilitado la fortaleza de nuestras Fuerzas Armadas. Ella habría abrazado más de los falsos tratados de «libre comercio» que han costado millones de empleos estadounidenses, mientras complacía a la élite globalista en D.C. Los medios la habrían adulado, a pesar de lo que ella dijera o hiciera, mientras nuestra nación estaría en un declive en espiral.
El papel de película favorito de Jamie Stewart como Geotge Bailey en It’s a Wonderful Life, cuando el hombre deprimido recibe un vistazo de cuán terrible habría sido la vida para otros sin él. De igual manera, nuestra Nación estaría en un estado espantoso sin el Presidente Donald Trump y sus primeros 100 días.
Trump Batalla contra el «Gobierno en la Sombra»
El presidente de los Estados Unidos es a menudo llamado el hombre más poderoso del mundo, pero las fuerzas arregladas contra Donald Trump son sin precedentes. Para los 63 millones de estadounidenses quienes votaron por él, la campaña para socavar al Presidente Trump es francamente aterradora.
La primera señal de problema vino cuando el asesor de seguridad nacional del Presidente, Mike Flynn, fue forzado a renunciar. Una llamada telefónica entre el General Flynn y el embajador ruso fue espiada por una de nuestras agencias de inteligencia y, su contenido fue filtrado a la prensa. Todavía no sabemos si el espionaje a Flynn fue apropiadamente autorizado por orden de una corte y Judicial Watch está demandando judicialmente para saberlo. Pero sí sabemos que quien sea que filtró su contenido secreto a la prensa es culpable de un crimen.
Con sangre en el agua, el así llamado estado profundo se puso a trabajar contra los otros designados de Trump, tal como el Fiscal General Jeff Sessions. Como comentó Rush Limbaugh, “Están tratando de aislar a Trump de las personas en las que confía… de las mejores personas a su alrededor”.
El término «estado profundo» se acuñó para referirse a la clase gobernante permanente, las personas que realmente ejercen el poder independientemente de quién sea elegido. También conocido como el gobierno en la sombra, el estado profundo incluye nuestras agencias de recopilación de inteligencia, como la CIA, la NSA y el FBI.
A su salida en enero, Barack Obama hizo un cambio drástico en la forma en que operan esas agencias de inteligencia. Como reportó el New York Times el 2 de marzo, Obama quería asegurarse de que la inteligencia sin revisar se compartiera ampliamente entre muchas agencias gubernamentales, donde luego podría filtrarse fácilmente a la prensa.
Con el apoyo de Obama, según el Times, “hubo un impulso para procesar la mayor cantidad posible de inteligencia sin revisar y para mantener los informes en un nivel de clasificación relativamente bajo, para asegurar la mayor cantidad de lectores posible en todo el gobierno”. Esto tuvo el efecto de dejar un “rastro de migas de pan”, un término tomado de la historia infantil de Hansel y Gretel, el cual “podría ser descubierto fácilmente por los investigadores”.
Luego, las “migajas de pan” de información no verificada se filtraron a los medios masivos de comunicación, una gran industria dedicada a generar “noticias falsas” contra el Presidente Trump y sus seguidores. Como dijo Steve Bannon al cuerpo de prensa de la Casa Blanca, los medios se han convertido en “el partido de oposición” a este presidente.
Barack Obama no abandonó Washington por una vida privada, como lo han hecho todos sus predecesores recientes. Permanece en escena para ayudar a liderar la insurgencia contra Trump.
Barack y Michelle Obama se mudaron a una mansión de $5 millones en 2446 Belmont Road, N.W., a dos millas de la Casa Blanca. Esa casa, que tiene 9 dormitorios y 9 baños, es propiedad de Joe Lockhart, quien era secretario de prensa de la Casa Blanca cuando Bill Clinton fue acusado por la Cámara de Representantes en 1998.
Antes de mudarse, los contratistas construyeron una hermosa pared de ladrillos entre la casa y la calle. El muro protegerá a los Obama de cualquier persona que ingrese ilegalmente a su nuevo hogar mientras trabajan para evitar que el Presidente Trump construya un «muro grande y hermoso» en nuestra frontera sur.
Los nuevos vecinos de los Obama incluyen a Tony Podesta, hermano del presidente de la campaña de Hillary Clinton, John Podesta, quien vive a dos puertas de distancia en 2438 Belmont Road, N.W. El Centro Islámico de Washington, una de las mezquitas más grandes del hemisferio occidental, está a una cuadra y media de distancia.
Luego llegó la noticia de que Valerie Jarrett también se mudó con los Obama. Ella se quedó en la Casa Blanca durante gran parte de los últimos ocho años y, según los informes, el Presidente Obama no tomó una decisión importante sin su opinión.
Como pieza central de su vida pospresidencial de liderar la resistencia a Trump, Obama ha reiniciado Organizing for Action (OFA, Organizando para la Acción), la cual se formó a partir de su campaña de reelección del 2012. Con su misión declarada de “movilizar y entrenar a la próxima generación de organizadores progresistas”, la OFA cuenta con 32,525 voluntarios que operan desde más de 250 oficinas en todo el país. “OFA se dedica a potenciar el talento progresivo en todos los niveles. Desde organizadores de estudiantes primerizos hasta profesionales de la organización y líderes comunitarios, estamos aquí para equipar a las personas con las habilidades y herramientas que pueden ayudarlos a convertir su pasión en acción”.
Hemos visto lo que sucede cuando los agitadores comunitarios de izquierda “convierten su pasión en acción”. En campus universitarios desde Berkeley, California hasta Middlebury, Vermont, los académicos conservadores han sido asaltados y la propiedad ha sido dañada por anarquistas que usan máscaras.
Trabajando con Indivisible, otro grupo de resistencia radical cuyo cofundador Angel Padilla es financiado por George Soros, los voluntarios de OFA ayudaron a interrumpir las reuniones públicas celebradas por miembros republicanos del Congreso este año. Según un manual de entrenamiento descubierto por el periodista Paul Sperry, la OFA aconsejó a los jóvenes progresistas que “no se sienten todos juntos”, sino que se distribuyan en pares para “reforzar la impresión de amplio consenso” de electores que se oponen a las ideas republicanas.
Los Jueces Se Unen a la «Resistencia»
«¡Resistir!» se ha convertido en el grito de guerra de quienes no lograron derrotar a Trump en las urnas el año pasado. El muy bien financiado Center for American Progress (Centro Para el Progreso Estadounidense), que emplea a personas relacionadas con la fallida campaña presidencial de Hillary Clinton, dijo que esperaba ser “el eje central de la resistencia a Trump”.
La resistencia a Trump comenzó el 9 de noviembre, el día después de las elecciones, cuando la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) amenazó con “verlo en la corte”, donde prometió desatar su “poder de fuego total” para detener a Trump. La resistencia es el tema de los anarquistas que provocaron violentas protestas contra Trump, las que incluyeron ventanas rotas e incendios, desde Berkeley, California hasta Washington, D.C.
Inspirada por el juez James Robart de Seattle, cuya decisión política contra Trump fue confirmada por tres jueces del Noveno Circuito el 9 de febrero, la jueza Leonie Brinkema de Alexandria, Virginia, se convirtió en la siguiente jueza federal en unirse a la “resistencia” a Donald Trump. Al igual que el juez Robart antes que ella, la jueza Brinkema no se molestó en citar ninguna ley relevante para respaldar su opinión en contra de la orden ejecutiva de Trump. En cambio, su opinión se quejó de que los discursos de campaña de Trump y uno de sus suplentes, Rudolph Giuliani, revelaron el “prejuicio religioso” del Presidente contra los musulmanes.
Ambos jueces afirmaron falsamente que no hay “evidencia” de que suspender los viajes desde 7 países musulmanes protegería a los estadounidenses del terrorismo, y el juez Robart incluso dijo que ningún visitante o refugiado de ninguno de los 7 países había sido arrestado por terrorismo. De hecho, 72 personas de esos 7 países han sido condenadas por delitos relacionados con el terrorismo desde el 11 de septiembre del 2001.
La lista de 72 personas, incluido al menos uno de cada uno de los 7 países en la lista de Trump, fue compilada el año pasado por un subcomité del Senado dirigido por el exsenador Jeff Sessions, quien ahora es nuestro Fiscal General. Al menos 17 de los condenados llegaron a Estados Unidos como refugiados y al menos 25 de ellos finalmente se convirtieron en ciudadanos estadounidenses.
En octubre del año pasado, un refugiado iraquí que llegó aquí en el 2009 fue condenado por tratar de ayudar a ISIS al detonar bombas en dos centros comerciales en Houston. “Quiero viajar para estar con los que están en contra de Estados Unidos”, escribió el refugiado iraquí. “Estoy en contra de Estados Unidos”.
Las opiniones de los dos jueces federales, Robart y Brinkema, constituían un exceso de los límites constitucionales legítimos del poder judicial federal. Es por eso que el comentario «desalentador» que supuestamente hizo el nominado de Trump para ocupar el puesto del juez Scalia en la Corte Suprema, el juez de circuito Neil Gorsuch, fue motivo de preocupación entre los conservadores.
El juez Scalia nunca se habría quejado de que criticar a los jueces era «desalentador» o «desmoralizante», otra palabra débil del juez Gorsuch. El propio Scalia a menudo usaba un lenguaje mordaz sobre otros jueces, como cuando escribió que “Escondería mi cabeza en una bolsa” en lugar de unirse a la opinión de su colega, el juez Anthony Kennedy.
El Presidente Trump tiene al menos una persona designada que se pronuncia sobre este tema, el asesor de políticas de la Casa Blanca Stephen Miller, quien realizó una ronda de entrevistas el domingo 12 de febrero. Miller observó astutamente que la decisión del juez Robart fue una «usurpación judicial del poder» porque «es una violación del papel apropiado de los jueces en el litigio de disputas”. Al defender el ataque de Trump en Twitter a “la opinión del así llamado juez”, Miller dijo: “No tenemos supremacía judicial en este país. Por supuesto, una rama de gobierno puede criticar a otra rama del gobierno”.
Hace veinte años, Phyllis Schlafly escribió contra el creciente problema de la supremacía judicial en The Phyllis Schlafly Report. “El deber más importante del 105.º Congreso es proteger a Estados Unidos de la usurpación judicial y restaurar nuestro equilibrio constitucional de poderes entre las tres ramas de nuestro gobierno”, escribió entonces en palabras que son igualmente oportunas para el 115.º Congreso de hoy. “Los Comités Judiciales del Senado y la Cámara de Representantes deben celebrar audiencias extensas sobre varias propuestas para detener la usurpación del poder por parte de los tribunales federales”.
El Cuarto Circuito Se ‘Arma de Abogados’ Contra Trump
“Armarte de Abogados” es un término que se refiere a la contratación de un grupo de abogados para abordar una disputa emergente. Un ejemplo fue cuando el presidente Bill Clinton “se armó de abogados” para lidiar con el escándalo de Monica Lewinsky.
Todo el Tribunal de Apelaciones del Cuarto Circuito de EEUU se ha “armado de abogados” para luchar contra la segunda prohibición de viajes de Donald Trump, la Orden Ejecutiva 13,780, en su apelación de un tribunal de distrito federal en Maryland. El Cuarto Circuito convocó una sesión plenaria de sus abogados convertidos en jueces para considerar ese enfrentamiento entre los tribunales y el Presidente de los Estados Unidos.
Es casi inaudito que un tribunal se reúna en pleno para considerar una apelación federal inicial. Más del 99% de las apelaciones federales son escuchadas por un panel de tres jueces elegidos al azar entre los jueces que forman parte de ese tribunal federal de apelaciones en particular. Pero hay varias razones por las que el Cuarto Circuito rompió con la tradición e insiste en que todos sus jueces activos escuchen este caso desde el principio. La composición actual de esa corte de apelaciones revela por qué.
Desde su sede en Richmond, el Cuarto Circuito preside Maryland, Virginia, West Virginia y Carolina del Norte y del Sur. Históricamente, el Cuarto Circuito fue uno de los tribunales de circuito más conservadores, con jueces seleccionados por los senadores Jesse Helms (R-NC) y Strom Thurmond (R-SC). Pero hoy, el Cuarto es uno de los más liberales de los 13 tribunales federales de circuito, con 10 demócratas contra solo 5 republicanos en servicio activo y sin vacantes. El Presidente Obama colocó a 6 jueces en el Cuarto Circuito, todos solo en su primer mandato.
Al ir en banc (en pleno) desde el principio, este tribunal dominado por los demócratas se aseguró que Trump no obtendría una mayoría republicana en un panel de tres jueces, lo cual era posible en el proceso ordinario. En cambio, Trump sería cuestionado por un grupo de jueces más liberales que los votantes de California, donde Trump perdió por un 62-32%. Otra razón probable por la que el Cuarto Circuito dio ese paso extraordinario fue el fortalecerse para su enfrentamiento con el Comandante en Jefe. Es más fácil dar un fallo contra el Jefe del Ejecutivo con el apoyo de diez jueces (más que toda la Corte Suprema de los EEUU) que con solo dos o tres.
Lo que está en juego es una simple pausa de 90 días en los viajes a Estados Unidos por parte de ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. Uno se pregunta por qué los extranjeros incluso tienen derecho a impugnar una orden del Presidente de los Estados Unidos que restringe su entrada a nuestro país.
Otros demandantes incluyeron inmigrantes que ya viven aquí, que quieren traer a sus familiares de los seis países designados. Esos demandantes afirman que sufrirán daños si sus familiares no pueden visitarlos aquí. Pero, ¿por qué no visitan ellos a sus familiares allá?
O, mejor aún, ¿por qué no buscan una exención como lo permite la Segunda Orden Ejecutiva de Trump? Al determinar que “el proceso de exención impone un obstáculo adicional que retrasaría la reunificación” de esas familias, el tribunal permitió que los familiares presentaran una demanda en nombre de sus parientes allá. El tribunal también determinó que los musulmanes que ya estaban aquí podrían demandar debido al “miedo, la ansiedad y la inseguridad” que sufrían debido a las supuestas opiniones antimusulmanas de Trump.
Al igual que los otros jueces federales que fallaron en contra de Trump, el juez Theodore Chuang dijo que las declaraciones hechas por el candidato Trump, antes de convertirse en presidente, revelaron un “animus” anti-musulmán que invalidó su Orden Ejecutiva. El tribunal de distrito emitió su orden judicial en todo el país, aunque solo se encuentra en Maryland.
Como Phyllis Schlafly observó hace una década en The Supremacists, “Los libros de texto todavía dicen que tenemos tres ramas equilibradas del gobierno — pero los libros de texto están muy atrasados porque una rama ha asumido autoridad sobre las otras dos”.
Trump Reconoce el Apoyo de Phyllis Schlafly
El 19 de enero del 2017, la noche antes de prestar juramento como nuestro presidente número 45, Donald Trump habló durante 17 minutos a los donantes y simpatizantes de su campaña en un banquete formal en el salón principal de Union Station en Washington. El presidente electo vestía un esmoquin y su esposa Melania lucía deslumbrante con un reluciente vestido de noche dorado.
A las 9:07 p.m. ET, a la mitad de sus comentarios, el Sr.
Trump dijo:
“Phyllis Schlafly — la gran Phyllis Schlafly; saben quién es (aplausos). Ella era una gran mujer. Falleció hace seis meses. Fui a su funeral en St. Louis.
“Y ella salió en contra de todos sus compañeros conservadores. Y dijo: ‘No apoyo a nadie más que a Donald Trump. No me importa qué es él exactamente, es como una incógnita, pero va a ganar”.
“Y yo quiero agradecer a Phyllis, porque ella pasó por un infierno, les digo (aplausos). Phyllis pasó por un infierno en ese último tercio de año. Y resultó que tenía razón”.
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